El cineasta neoyorquino se centra en esta ocasión en un puñado de días en la vida de Harry Block, un aclamado autor literario que ha alcanzado el éxito usando sus accidentadas relaciones sentimentales como principal fuente de inspiración para sus obras. Harry tendrá que tratar de resolver varios problemas a la vez: reconciliarse con una de sus ex, conseguir estar con su hijo rompiendo las normas de la custodia, tratar de impedir que el supuesto amor de su vida se case con su mejor amigo… y todo eso antes de llegar a un homenaje que le rinde la universidad ¡de la que fue expulsado años antes!
Sí, éste agobiante marco de sucesos es perfecto para que el director/guionista/actor se desenvuelva a la perfección y desarrolle el ya clásico personaje sarcástico neurótico con traumas existenciales que tan bien se le da (de hecho, ya resulta imposible no vincularle a este perfil). Es curioso, pero lo más seguro es que un encasillamiento de tales magnitudes jamás le haya sentado tan bien a nadie. Después de aproximadamente cuarenta largometrajes, Woody Allen ha conseguido forjarse no sólo como una referencia del cine actual, sino también como un icono de la cultura popular.
Hay que destacar dos puntos del metraje. El primero es que en él se dan cita las dos principales etapas en la carrera del director: la de sus inicios, donde eran frecuentes los toques surrealistas (véase aquí el insuperable descenso a los infiernos, o el actor que se queda literalmente desenfocado, por ejemplo); y la más actual en la que abundan excelentes radiografías de las relaciones humanas (complejas pero a la postre fascinantes). El segundo es la peculiar manera con la que se “desmonta” a Harry. A través de sus seres más cercanos y sus alter-egos literarios… otra generosa muestra del genio inigualable de Allen.
Como no podía ser de otra manera, el guión es de lo mejorcito de la función, con un sinfín de frases memorables y lleno de diálogos desenfadados e ingeniosos, dignos herederos del maestro Billy Wilder. Además, el reparto está capitaneado por un elevado elenco de estrellas y rostros conocidos, todos ellos excelentemente dirigidos por la mano de un incuestionable genio.
‘Desmontando a Harry’ es en definitiva un soberbio, desternillante e inteligente entretenimiento con aire a autobiografía, una obra clave en la trayectoria de Woody Allen y un clásico del género de la comedia (reporter, en filmaffinity).
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1 comentario:
gran película
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